Esta semana en la sesión con el grupo de ayuda les explicaba que ando bastante revuelta con todo lo que estoy viviendo en relación al TA. Está siendo todo muy rápido e intenso: a primeros de diciembre empezaba a investigar, y me parece increíble todo lo que he vivido en tan solo un mes y medio.
Soy muy resolutiva, y cuando se me presenta un asunto a tratar, enseguida me remango, busco opciones, investigo, leo, pienso, escribo… y eso me está pasando con este asunto. Desde que tengo el diagnóstico mi forma de relacionarme con el trastorno ha cambiado totalmente.
Antes me sentía impotente, sentía que el trastorno formaba parte de mi forma de ser, que luchar contra él era luchar contra mi naturaleza, contra mí misma. Ahora el enfoque es diferente. Ahora sé que no soy yo, que tiene nombre y que se puede tratar, hay opciones. No será fácil, pero ahora reconozco la parte enferma de mi misma, y puedo elegir y buscar sanarla. Eso me está suponiendo una gran liberación… responsabilidad… algo de vértigo… ilusión… respeto… curiosidad…
Esta esperanza, y este cambio en la jugada, es lo que me tiene revuelta mental y emocionalmente y, siento que también el trastorno se está moviendo. Mi cabeza es un torbellino de pensamientos, de recuerdos, de preguntas, de reflexiones, de inquietudes… Siento que están cambiando cosas, que no lleva la inercia que había adquirido a lo largo del 2018. Se resiste, se retuerce, se mueve, lo siento incómodo (que se fastidie!!!)
Sigue ahí, a veces aparece violento y rabioso, pero está descolocado y me da margen, me da opción a pensar, a darme cuenta, puedo probar cosas diferentes. Me deja verme, observar esa parte enferma de mi, ver lo que está haciendo, lo que está sintiendo y pensando. Pero me siento muy torpe, apenas sé reaccionar, es como si estuviera aprendiendo a andar y todo fuera inestable. Y literalmente eso es lo que siento, que necesito aprender, como cuándo aprendí a nadar o a conducir (no hace mucho, por cierto).
Intuyo que eso es bueno, y que manifiesta un inicio de recuperación. Al menos, es un estado totalmente distinto a como lo he vivido toda mi vida. Y a pesar del malestar que me genera, lo siento a la vez como un renacer. El despertar de algo que estaba dormido. El movimiento en algo que estaba estático. Una transformación.
Tengo muchas cosas en mente para compartir con vosotros en el blog, para hacéroslas llegar por si os sirven de guía o inspiración, y sobre todo, de ayuda. Información práctica y también mucha humanidad que estoy descubriendo en este camino: lucha, valores, autoconocimiento, esencia, emociones, sensibilidad…
Hoy quería comentar con vosotros estas sensaciones y deciros que hay opciones, hay alternativas, aunque a veces no sepas ni hacia dónde vas. Abridlo a los demás, dejad entrar aire, y empezad a buscar como superarlo. No estamos solos.
Photo by Freddy Marschall on Unsplash
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