Descontrol

Me gusta visitar la biblioteca del barrio de vez en cuando. No soy muy fan de los libros de autoayuda pero reconozco que me ayudan a reflexionar. El simple hecho de leer sobre un tema da luz a aspectos internos y ordena mi forma de pensar sobre cómo pienso en relación a la temática sobre la que esté leyendo.

Este verano encontré el libro Descontrólate! (2017) de Xavier Guix, prologado por Walter Riso, y estos días me ha venido a la mente. El tema del control se me hace casi irresistible.

descontrol

El miedo es, según lo que desarrolla el autor, lo que provoca que, en estos tiempos de incertidumbre de nuestra cultura occidental, desarrollemos conductas de control sobre nosotros mismos, los nuestros y nuestras vidas.

“La conciencia de la vulnerabilidad está alimentada por el miedo a lo imprevisto y desconocido. Se trata de un miedo indefinido, latente e incómodo, que nos roba la tranquilidad, nos hunde el ánimo y nos transforma en caracteres aprensivos, suspicaces, irritables, asustadizos, tímidos y distantes.”

El miedo hace que anticipemos, programemos, vigilemos, vivamos atando cabos… Ordenando y sin soltarnos demasiado vivimos la falsa sensación de seguridad, de tenerlo todo bajo control, una ilusión que a la larga acaba por traducirse en todo lo contrario: depresión, ansiedad, fobia al compromiso, hipocondría, obsesión… pues la mayoría de las cosas no dependen de nosotros mismos.

“La posibilidad de tener todo controlado no existe, es una evidencia sensorial, una creencia, un ritual. Se fundamenta en la ilusión de que alguna vez lo creíamos tener.”

El miedo es, según este tratado, el antagonista de la libertad y del amor.

“Lo contrario del miedo no es la valentía sino el amor. El que ama verdaderamente confía, el que teme desconfía. El que ama recibe amor, el que teme recibe miedo. El que se quiere, se acepta, confía en sí mismo. Más amor, más confianza. Más temor, más control. Demasiado control, obsesión.”

Para dar luz a nuestra vida, deberemos estar dispuestos a volar, a experimentar, a explorar… en definitiva, a vivir espontáneamente, haciendo concesiones al control.

“Las personas no acaban de creer que eso de la felicidad existe. A lo sumo un día, bueno, unas horitas de subidón. Será por eso que leemos tanto sobre la felicidad y en cambio, la practicamos tan poco. Pero ¿cómo me hago feliz? Hablo de una felicidad como voluntad de ser ¿cómo me motivo para ser feliz, cómo me trabajo esa felicidad, cómo la priorizo por encima incluso de los miedos?. Mucha gente espera que les hagan felices, esperan que ocurran hechos extraordinarios que les lleven a las más altas cotas de felicidad. Es en la ilusión de llegar a ser felices donde encontramos la felicidad. O como dice Punset: “La felicidad está escondida en la sala de espera de la felicidad”.

Tomando como base el miedo como emoción básica se describen diferentes perfiles de personas controladoras y reflexiones dirigidas a como vivir de forma más descontrolada, bajo la filosofía del «dulce y lento abandono», no desde una posición poco asertiva o de derrota, sino disfrutando la paz interior cuando llega, buscando llegar a ella de manera inteligente y alegre, de forma activa. Soltar amarras no es naufragar, ése es sólo el miedo.

Sobre esta base, expone una y otra vez, (a mi juicio repetitivamente) los mismos planteamientos base sin llegar a ningún punto mínimamente resolutivo sobre cómo aprender a confiar en nosotros mismos y en los demás o cómo soltar amarras y vencer la falsa seguridad que nos da el control. Supongo que eso es un camino que tenemos que encontrar por nosotros mismos.

Xavier Guix es licenciado en psicología, especializado en comunicación y Programación Neurolingüística (PNL). Además de su labor terapéutica imparte cursos de habilidades directivas, como profesor de EADA, y de crecimiento personal. Su compromiso con la divulgación en temas de reflexión psicológica se traduce en conferencias, tanto nacionales como internacionales, y colaboraciones en medios de comunicación y artículos de psicología en El País Semanal.