A través de Intagram me llegó la iniciativa de themightysite quienes están trabajando en un post sobre «signos» inadvertidos del Trastorno por Atracón para lo que pedían a la comunidad NEDA (Asociación Norteamericana de Desórdenes Alimentarios) sus experiencias relacionadas con esta pregunta.
Os traduzco aquí algunas de las respuestas más frecuentes o impactantes. No sé hasta qué punto solo son de personas norteamericanas o de habla inglesa. En cualquier caso, muestran que el Trastorno por Atracón es un trastorno con una sintomatología común, pero una vivencia muy singular según cada persona.
Advierto que leer estos testimonios puede ser duro o afectar a lectores sensibles. Tenedlo en cuenta!
Algunos «Signos» inadvertidos del Trastorno por Atracón:
- Sentirse como un pozo sin fondo que nunca no se llena.
- taquicardia.
- Ansiedad grave en lugares en los que se ha recaído anteriormente.
- Atracones «subjetivos»; se asume que un atracón tiene que ser mucha comida, pero a veces está en nuestra forma de vivirlo.
- Comer normalmente con la familia, pero ir a la cocina en secreto a comer sin que se den cuenta.
- Restricción alimentaria. Convencerse de que estás en control cuando en realidad estás restringiendo mucho los alimentos preparándote para un atracón pensando que así conseguirás perder peso.
- Ser del club “tipo y talla saludable”.
- Todavía no puedo comprar cosas a granel por temor a un atracón. Pago más caro por los artículos envueltos individualmente para poder controlar mi alimentación.
- Hinchazón en mi cara o cuerpo después de un fuerte atracón 😦
- Tener un enfoque de todo o nada con la comida, no querer ni probar un poco de lo te apetece por temor a desatar un atracón.
- No comprar ciertos alimentos porque sabes que provocarán un atracón.
- Querer ayudar siempre a hacer la comida o esconderse en la cocina.
- La falta de higiene básica tras un atracón. Para mí, esto viene en forma de no lavarme los dientes por la noche después de un atracón o esforzarme para levantarme de la cama o ducharme a la mañana siguiente debido a sentimientos de culpa o vergüenza.
- No cuidar de ti mismo después de un atracón porque te sientes muy culpable.
- Miedo y ansiedad intensos cuando sales a comer con amigos que tu «animal» pueda revelarse accidentalmente. Por lo tanto, tendemos a evitar salir con otros a toda costa.
- Hacer dieta… comer una comida poco saludable y pensar: «bueno, ya he arruinado mi dieta, así que puedo seguir comiendo». Luego, comer todo lo que esté al alcance.
- Multitud de pequeñas compras en diferentes lugares y en un breve periodo de tiempo.
- Comer todo lo que se encuentres en la nevera o en la despensa… sin que nada pueda detenerte.
- Cenar varias veces.
- No ser consciente de las cantidades que comes, o negarlas.
- Ocultar por vergüenza las compras de comida a amigos o familiares y esconder comida en las habitaciones.
- Esperar hasta que todos en casa se van a dormir para poder atacar la cocina.
- No poder tener en casa ciertos alimentos.
- Malestar y problemas digestivos. Náuseas. Colon irritable.
- Incapacidad para regular el hambre y la saciedad. Nunca me siento lleno. Mis señales físicas de hambre y saciedad estaban apagadas después de años de alternar restricción y atracones.
- Comer ensaladas y alimentos “saludables” en público, pero luego, en secreto, atracarme solo en mi casa.
- Cuando sucede algo malo, solo puedo pensar en la comida que ansío. No importa lo lejos que esté o cuánto cuesta.
- Comer cosas muy poco apetecibles o que no disfrutas para intentar satisfacer el atracón.
- Masticar y escupir alimentos para evitar un atracón.
- Esconder los envoltorios de comida basura en mi habitación para que mis padres no los encuentren.
- Tratar de evitar un atracón manteniéndome lo más ocupado posible y no estar solo en casa. Miedo y ansiedad por estar solo en casa. Si tengo que estar en casa, intentar hacer siestas.
- Tomar pastillas para dormir por la noche para evitar atracarme.
- Dormir enormes siestas después por culpa.
- Quedarme hasta tarde en el trabajo hasta que mi esposo llegue a casa, programar citas consecutivas para no tener que estar en casa o hacer tiempo deteniéndome en algún lugar.
- Vivo en un constante ciclo de restricción-atracones. En el trabajo apenas como, y sólo bebo agua y café. Los fines de semana son lo peor para mí por los constantes pensamientos de comida. Después de tanto tiempo de atracones-restricciones, las comidas normales tienen el mismo efecto mental que un atracón.
- Solo comer los restos de comida o intentar que parezca que nadie ha comido.
- Solía ocultar constantemente los paquetes de alimentos que había comido, porque normalmente era una caja de chocolate o una tarta entera o una caja de una pizza enorme… ¡O todo junto en mis peores días!
- Comer mucho hielo para tratar de parar un atracón que empieza.
- Aislamiento.
- Ansiedad. Si sucede algo que me pone ansioso, empiezo a comer a veces sin darme cuenta de cuánto. Me desconecto de mí mismo. Algunas personas piensan que es comer comida basura. Pero una vez me comí 20 kiwis en una hora.
Photo by Victor García on Unsplash
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