Desde que empecé a moverme en redes como @mitrastornoporatracon sigo la cuenta de @epica_tac, de Antonella Salerno en Argentina. EPICA son las siglas de Estudio Psicológico Integrativo de la Conducta Alimentaria, un espacio interesantísimo que os recomiendo en el que se aprende y discute sobre los trastornos alimentarios.
Sus post suelen resonarme fuerte, suelo sentirme identificada, si no totalmente, sí en parte, siempre puedo sacar algo que da más luz a mi propia historia.
Ayer me quedé impactada por el post que os transcribo aquí, para llamaros a la reflexión, de vuestro caso, o tal vez de alguna persona conocida.
Puede que alguien muy importante durante nuestro desarrollo estuviera profundamente desconectado de nosotras y que por lo tanto tengamos un estilo de apego ansioso y que busquemos personas que desencadenen nuestros más escondidos temores de abandono, tanto el emocional como el físico; o quizás estemos acostumbradas al estilo de vínculo evitativo y tengamos mucho miedo de ser vistas porque hemos aprendido a escondernos de nuestro entorno.
Cuando replicamos estos vínculos en nuestro presente y repetimos esos estilos, seguramente nos encontremos con alguien que no esté disponible.
Que tienda a apagarse o desconectarse de nosotras cuando nuestras emociones intensas empiecen a surgir en la intimidad (tanto distanciarnos como volvernos demandantes).
Van a cerrarse cuando sean activados o estimulados por nuestros estilos/comportamientos, en lugar de comprometerse, porque no tienen la capacidad (ni ellos ni nosotras) de regularse bien.
Puede que estén para nuestras partes divertidas, complacientes o más accesibles, pero no sabrán cómo manejar nuestra intensidad ni podrán manejar los conflictos que surjan.
Entonces, en lugar de enroscarte en esto, tienes que revisar nuevamente tu propio espejo.
Revisa cómo tienes aprendida la capacidad de regularte y comprender tu mundo interno. Tienes que ser capaz de proteger a esas partes que fueron abandonadas, descuidadas o explotadas. Mirarnos y expresar con amor las partes que temen ser vistas o sostenidas por otros y esas que no están disponibles.
Puedes hacerlo sola, y puedes permitir que alguien te acompañe. Pero sabe que de esto surge un nuevo ser humano, ese seguro, ese que no va a seguir llamándose “gorda estúpida”, “vaga”, “ignorante” “fea”, etc.
Si te encuentras diciéndote esto, aun estas sumergida en el rechazo y vergüenza pasado. Y muy probablemente sigas vinculándote con personas que fomenten esto o no le den bola.
La vida se trata de elecciones y de actualizarse. Reflexionar acerca de uno mismo requiere mucho valor, estamos muy acostumbrados a la crítica externa en lugar de mirarnos a nosotras mismas.
Ponte delante del espejo.
Promete que vas a intentar cuidarte y protegerte.
Trabaja en tu salud, no en tus abdominales.
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